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Luján actual
Con una superficie de 777 kilómetros cuadrados y una población estimada de 120.000 habitantes, Luján se encuentra entre los principales distritos de la provincia. Tanto por su idiosincrasia, su ritmo de vida y sus paisajes, es considerada la puerta de acceso al interior bonaerense. Importante cruce de caminos desde los tiempos coloniales, está ubicada a 67 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y conectada a la misma por la autopista Acceso Oeste y el Ferrocarril Sarmiento. Asimismo, está atravesada por las rutas nacionales 5 y 7, y las provinciales 6, 47 y 192.
Desde el punto de vista geomorfológico, el distrito se asienta sobre la llamada Pampa Ondulada y forma parte de la cuenca media del río Luján, siendo la única ciudad a la que atraviesa en su casco histórico. El clima es de tipo templado subhúmedo, y posee un carácter moderado por el efecto de las grandes masas atlánticas y del río de la Plata. Las precipitaciones medias anuales son de aproximadamente 950 mm, con máximos de 1300 a 1400 mm y mínimos de 600 mm. Los mayores registros se manifiestan en otoño y primavera y los mínimos en invierno.
Luján cuenta con una economía diversificada, destacándose los sectores agropecuario, industrial y el de servicios, apoyado fuertemente en una vigorosa actividad turística. Además de ser centro religioso, histórico y cultural, en las últimas décadas el distrito ha desarrollado varios destinos de turismo rural, en particular la reconocida localidad de Carlos Keen.
Sus principales atractivos turísticos se encuentran enmarcados en la denominada zona histórico-basilical, conjunto arquitectónico de gran valor patrimonial donde se asientan la Basílica Nacional -con su Cripta y Museo Devocional-, el Descanso de los Peregrinos, el Complejo Museográfico “Enrique Udaondo” -uno de los más grandes de Sudamérica-, el Parque Ameghino -diseñado por el paisajista francés Carlos Thays-, las Recovas y el Museo Municipal de Bellas Artes. Además, la zona se encuentra delimitada por el río Luján, que ofrece numerosos recreos y zonas de recreación y esparcimiento.
Por otra parte, Luján cuenta con un importante Centro Comercial a Cielo Abierto -actualmente en plena obra de remodelación-, la Casa Museo Ameghino -hogar del célebre naturalista y paleontólogo-, y vistosos bulevares como la avenida Humberto Primo y la avenida España.
Por último, la oferta se complementa con la organización de numerosas fiestas populares y de devoción religiosa, siendo las más conocidas la Peregrinación Boliviana, la Peregrinación Gaucha y la Peregrinación Juvenil a Pie, que en algunas ediciones ha superado el millón de visitantes.
La ciudad también es un centro educativo de importancia, destacándose la Universidad Nacional de Luján, la Escuela de Arte “José Pipo Ferrari”, el Instituto Municipal “Emilio Fermín Mignone” y el Instituto Técnico N° 189.
El deporte ocupa un lugar destacado en la identidad lujanense, con dos grandes clubes que se reparten las preferencias de los habitantes del distrito: el Club Luján, actualmente compitiendo en el Torneo de Primera C, y el Club Flandria, que hace lo propio en el Torneo de Nacional B. También son populares las prácticas del rugby y del hockey, centralizadas por el Luján Rugby Club, así como el remo y el canotaje -disciplinas con varios campeones argentinos y sudamericanos-, tradicionalmente asentadas en el Club Náutico “El Timón”, de la localidad de Jáuregui, uno de los más importantes de la región.
Además, la ciudad cuenta con el Complejo Polideportivo “Federico Fernández de Monjardín”, donde se desarrollan distintas actividades y se organizan distintos eventos deportivos. Allí se coronó Campeón Latino el boxeador local Sebastián Papeschi.
Localidades:
Olivera:
Surgida en 1864, cuando Domingo Olivera donó tierras de su estancia para promover la llegada del ferrocarril, en 1880 la localidad fue escenario de la denominada Batalla de Olivera, contienda que terminó por zanjar la postergada cuestión de la federalización de la ciudad de Buenos Aires.
Ubicada en el kilómetro 81 de la Ruta Nacional 5, cuenta con alrededor de 2.500 habitantes. Fundamentalmente orientada al sector agropecuario, durante los últimos años viene realizando una apuesta creciente por el turismo rural. El pueblo cuenta con una importante área verde sobre el río Luján, donde se destaca el Puente Viejo, donado por el presidente Domingo Faustino Sarmiento a su amigo Domingo Olivera.
Además, se destacan como atractivos el famoso “Surtidor”, viejo punto de despacho de combustible, el Museo “Donato Macagno” y la reciente Feria de Artesanos y Productores, instalada en el predio de la estación de ferrocarril los días domingo. Durante el mes de diciembre la localidad es sede de la Fiesta de la Pastafrola.
Jáuregui:
Creada en 1884, cuando el entonces Ferrocarril del Oeste llegó a las tierras donadas por José María Jáuregui, propietario de un molino harinero que utilizaba como fuerza de tracción un tajamar construido sobre el río Luján. El poblado experimentó un acelerado crecimiento a partir de 1928, año en que el empresario textil de origen belga Julio Steverlynck construyó la mítica Algodonera Flandria.
A partir de ese acontecimiento, Jáuregui inició un notable desarrollo que se tradujo en la construcción de viviendas para los obreros y la creación de numerosas entidades sociales, educativas, sanitarias, deportivas y culturales, impulsado tanto por el buen desempeño económico de la empresa como por la visión de Steverlynck, formado en las ideas de la Doctrina Social de la Iglesia. Desde entonces, y durante décadas, la localidad también fue conocida como Villa Flandria. En 1965 recibió la visita de los reyes de Bélgica, Fabiola y Balduino, acompañados por el presidente Arturo Illia.
A pesar de la quiebra definitiva de Algodonera Flandria en 1995 como producto de las políticas de desindustrialización, la localidad supo encontrar recursos para enfrentar el contexto adverso y mantenerse hasta la actualidad como el principal polo de producción de tejido plano del país. El predio de la vieja firma empresa de Steverlynck fue reconvertido en Parque Industrial, en cuyo interior se encuentra el Museo Textil Algoselan Flandria.
Su fuerte identidad local se expresa en el orgullo por sus instituciones y sus fiestas tradicionales. Entre las primeras se destacan el Club Social y Deportivo Flandria -cuyo equipo de fútbol milita actualmente en el Torneo Nacional B-, el Club Náutico El Timón -cuna de varios medallistas en remo y canotaje-, la mítica Banda de Música Rerum Novarum, el Círculo Criollo “Martín Fierro” y el Colegio San Luis Gonzaga. Entre las segundas, el Desfile del 9 de Julio y la singular Carrera de Autitos a Piolín.
Pueblo Nuevo:
Ubicado al norte del río Luján, la zona donde se asienta estaba comprendida dentro de los límites de la antigua Estancia de la Virgen de Luján. Tras la ley de Enfiteusis del gobierno de Bernardino Rivadavia (1826-1827) se instalaron en la zona una serie de chacras, entre cuyos propietarios figuraba el General Arias y el doctor Francisco Javier Muñiz, propietario de la actual Estancia Santa Elena. La precaria producción de la zona estaba basada en la agricultura y la ganadería.
Con la llegada de Algodonera Flandria y el crecimiento poblacional al sur de su vecina Jáuregui, en las décadas del treinta y el cuarenta se realizan los primeros loteos destinados a viviendas de los trabajadores de la empresa textil. Por este motivo se conoce a la localidad con el nombre de Villa Flandria Norte. La mayoría de las calles transversales adoptaron los nombres de los árboles con que fueron forestadas: los Plátanos, las Sophoras, los Tilos, los Acers, las Acacias, las Catalpas, entre otras. Sobre su calle principal, Tropero Fabián Moreira, otro de los primeros vecinos de la zona, se levanta el monumento al empresario belga Julio Steverlynck.
El pueblo ha registrado una gran expansión demográfica y actualmente supera en población a su vecina Jáuregui, contando además con instituciones propias, entre las que se destacan el Club Defensores de Pueblo Nuevo. Su economía sigue estando basada fuertemente en la industria textil, contando con numerosas empresas y talleres familiares. Está vinculada con Jáuregui por el denominado Puente Grande, y con Cortínez por las calles Tropero Moreira y Doctor Muñiz, formando las tres un conjunto con identidades compartidas.
Cortínez:
Otro pueblo de origen ferroviario, surge en 1888 con el establecimiento de una estación de trenes en el entonces Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, en terrenos cedidos por Domingo Amestoy, con el propósito de sacar la producción agropecuaria de la zona, principalmente de cereales y leche. Su nombre recuerda a Santiago Cortínez, jurisconsulto y economista sanjuanino que ocupó cargo de juez y diputado, y colaboró en las presidencias de Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, Nicolás Avellaneda y Julio Argentino Roca.
La localidad se suma al impulso generado por la industria textil a partir de 1947, cuando Julio Steverlynck crea en sus inmediaciones la fábrica Textil Linera. La actividad sigue presente en Cortínez, con la existencia de varios talleres particulares. Otra fuente de trabajo importante es la empresa Cerámica Cortines, que se instala en la zona en la década del setenta.
El pueblo cuenta con un conjunto de casas bien conservadas y un par de restaurantes de campo, y apuesta a consolidarse como un destino de turismo rural aprovechando su fácil acceso desde Buenos Aires a través de la Autopista Luján – San Andrés de Giles. Entre sus instituciones se destacan el Club Social, la iglesia Santo Cristo y la Unión de Vecinos de Cortínez, que organiza distintos eventos a lo largo del año, entre ellos la Fogata de San Juan, San Pedro y San Pablo en el mes de julio.
Open Door:
Su historia y su nombre están indisolublemente asociados a la obra del doctor Domingo Cabred. En 1899, en un predio de casi 600 hectáreas, fundó la Colonia Nacional de Alienados, donde aplicó el sistema terapéutico denominado justamente “puertas abiertas”. El modelo tendía a lograr el autoabastecimiento de la institución, y contaba con tambo, vivero, talleres, granja y quinta de hortalizas. Poco tiempo después se construyó una estación de trenes sobre el ferrocarril San Martín y se fueron sumando nuevos pobladores. Actualmente pueden coordinarse visitas a su Museo.
Considerada como la Capital del Polo, en su zona de influencia se encuentran reconocidos clubes y escuelas de aprendizaje, destacándose La Aguada y La Cañada, donde además se realizan torneos de alcance internacionales. También es sede de numerosas urbanizaciones privadas y varios resorts campestres de primer nivel. Durante los últimos años, la localidad ha experimentado un crecimiento de su sector gastronómico, con locales bien reputados.
Open Door celebra sus fiestas patronales en el mes de agosto en honor a San Roque. Los festejos incluyen un desfile de instituciones y centros tradicionalistas, y una feria artesanal. Entre sus instituciones más destacadas se encuentran la Biblioteca Popular “Juan Bautista Alberdi” y el Deportivo Social Club, recientemente recuperado por un grupo de vecinos.
Torres:
De origen ferroviario, la localidad surge en 1889 a partir de la llegada del Ferrocarril San Martín por iniciativa de Federico Lacroze y gracias a la cesión de tierras de Melchor Torres. Los campos de la zona eran hogar de numerosas familias de vascos dedicados principalmente a la producción lechera y el comercio mayorista.
Nuevamente, el pueblo experimentaría un crecimiento repentino a partir de la construcción de la Colonia Nacional “Montes de Oca”, obra asimismo del doctor Domingo Cabred. Desde entonces, el centro de salud ha sido la principal fuente de trabajo de la localidad, aunque en los últimos años también prosperaron varios establecimientos avícolas.
Torres está ubicada sobre la Ruta Provincial 192, a escasos kilómetros de la intersección con la Ruta Nacional 8, casi en el límite del Partido de Luján. La localidad también apuesta a posicionarse como un destino de turismo rural, apostando por la recuperación del predio de la estación de trenes y la apertura de locales gastronómicos. En febrero celebrar sus fiestas patronales en honor a San José y en mayo su fecha fundacional.
Carlos Keen:
El antecedente más remoto de la localidad hay que ubicarlo en el paraje conocido como Cañada de Rocha, posta en el Camino Real Carlos al Potosí desde 1663. En 1881 se inaugura la estación ferroviaria del ramal Luján – Pergamino, nombrado en honor al abogado, político, periodista y militar porteño fallecido en 1871 a causa de la epidemia de fiebre amarilla. Muchas de las familias que poblaban Cañada de Rocha se trasladan al nuevo asentamiento.
La localidad experimenta un gran desarrollo en los años dorados del modelo agroexportador y con 4000 habitantes se convierte en el segundo núcleo de población del partido. Con el agotamiento del citado modelo económico, el trazado de la nueva Ruta Nacional 7 y la desarticulación progresiva del sistema ferroviario, enfrentó un declive profundo que lo dejó al borde la extinción, pero a partir de los años noventa supo reinventarse paulatinamente como un destino de turismo rural de primer orden. Desde entonces, se han sumado nuevos vecinos y se han revitalizado muchas de sus instituciones.
Carlos Keen ofrece el paisaje de un típico pueblo del interior bonaerense, con edificios de fines del siglo XIX y principios del XX en excelente estado de conservación, muchos de los cuales han sido reconvertidos en restaurantes. La oferta gastronómica se completa con más de veinte establecimientos. Su centro neurálgico es el predio de la vieja estación de trenes. Allí funcionan el Museo Rural, la Feria Artesanal y el Centro Cultural y Turístico, donde los fines de semana se programan muestras y espectáculos artísticos.
También se destaca la iglesia de San Carlos Borromeo, cuya fiesta se celebra en Noviembre, y diversos establecimientos de producción artesanal. La localidad es sede de diversos eventos y concentraciones, siendo la más concurrida la Fiesta del Sol, que se celebra el 21 de Junio en consonancia con el solsticio de invierno. Entre sus instituciones más dinámicas se cuentan la Biblioteca Popular y la Sociedad de Fomento.